viernes, 16 de marzo de 2012

DOS


Tenía.
Y siguió teniendo cuando más tarde le dije que no podía dormir. Que nunca duermo. Que vivo despierta. Que desconozco por completo la sensación de descansar porque, si acaso llego a caer rendida, sueño cosas raras.
Muy raras.
Tan raras como que lo beso, en su casa, mientras su mujer limpia el baño y nos pregunta qué pasó.
«Somos sinónimos.»

—Cerrá los ojos que te cuento un cuento.
—¿Cuál?
—El que vos quieras. Te dormirás escuchando mi voz.
—Okay, contáme algo de historia.
—¿Qué?
—Desde el inicio.
—¿Desde el 2000, el nuevo siglo?
—No. Desde el inicio de todo. Desde los dinosaurios en adelante.
—Només? Ha! Tendrás que pasar muchas noches conmigo, porque hoy no acabaremos.  

Hay hombres que jurarían que me quisieron más.
Pero nunca, nadie, jamás, me quiso mejor.
Ni durante tanto tiempo.

(No existeix cap sinònim per la paraula oníric...)

Imagen: Martín Burgos.
Texto: V.