sábado, 31 de marzo de 2012

TRES (Nightmare - Dream)



—Llego tarde. Perdón. He hagut de tornar a casa perquè tenia molt fred a les mans.
—Es primavera. No hace frío.
—Però jo tinc les mans gelades. Como muertas.
Un chico se levanta y dice: la neu és de l’hivern.
Le pedís que se siente.
I t’obeeix.
Tothom sempre t’obeeix.
Menos yo.
Que te miro, te sonrío y te desarmo.
Et treus els guants que te protegen de un frío inexistente i las acercás a mi para tocarme, com si volguessis comprovar que sóc jo.
De verdad.
—Què fas aquí?
El chico, rubio, se vuelve a levantar.
Insisteix.
—La neu només pertany a l’hivern.
Me tocás con la punta de los dedos. Sin guantes.
—Les teves mans estan mortes.
Dic.
—La neu només pertany a l’hivern?
Dius.
Tremoles.
Em desperto.
Bilingüe.
El frío pegado en la piel.
Y la piel pegada a tus manos.
Oníricas.

(Somni: Vidria.
Imatge: Martín Burgos.)

viernes, 16 de marzo de 2012

DOS


Tenía.
Y siguió teniendo cuando más tarde le dije que no podía dormir. Que nunca duermo. Que vivo despierta. Que desconozco por completo la sensación de descansar porque, si acaso llego a caer rendida, sueño cosas raras.
Muy raras.
Tan raras como que lo beso, en su casa, mientras su mujer limpia el baño y nos pregunta qué pasó.
«Somos sinónimos.»

—Cerrá los ojos que te cuento un cuento.
—¿Cuál?
—El que vos quieras. Te dormirás escuchando mi voz.
—Okay, contáme algo de historia.
—¿Qué?
—Desde el inicio.
—¿Desde el 2000, el nuevo siglo?
—No. Desde el inicio de todo. Desde los dinosaurios en adelante.
—Només? Ha! Tendrás que pasar muchas noches conmigo, porque hoy no acabaremos.  

Hay hombres que jurarían que me quisieron más.
Pero nunca, nadie, jamás, me quiso mejor.
Ni durante tanto tiempo.

(No existeix cap sinònim per la paraula oníric...)

Imagen: Martín Burgos.
Texto: V.


martes, 13 de marzo de 2012

UNO


David Lynch, primero.
Playa, después.
Luna llena. Cerveza. Cigarrillos de flotar.
Verano.
Hablábamos.
No.
Hablaba él.
Yo intentaba escuchar. Pero no lo lograba.
Pero no sólo no lo lograba. Además, me imaginaba que yo era yo, otra vez, y explotaba y me precipitaba y decía lo que tenía que decir porque, cuando digo las cosas que pienso, todo sale mal.
Pero, cuando las callo, todo sale peor.

Soy una catástrofe con patas.
Soy la hija de un tornado y una inundación.
En mi vida, todo son excesos.

Pero él hablaba, en la playa, bajo la luna llena, después de ver una película de David Lynch, en verano, fumados.
Y entonces lo interrumpí.
—¿Tenés puta idea del esfuerzo que me supone no besarte?
Tenía.



 Imagen: Martín Burgos.
Texto: V.

lunes, 12 de marzo de 2012

To live


—Está todo igual. Los análisis están bien. Todo bajo control. La enfermedad está muerta.
—¿Y cómo sigue el guión?
—Algún día las cosas comenzarán a ir mal.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
Mierda. 
Mierda.
El monstruo ataca de nuevo.
—¿Cuándo?
—No se sabe, pero en algún momento es probable…
—¿Y entonces qué? ¿Me mido el ataúd?
—No. Nada. La medicación que se necesite, un tiempo, y vida normal, como ahora. 
Silencio.
Silencio.
Silencio.
—¿Y de qué voy a morirme?
Silencio.
Silencio.
Silencio. 
—De cualquier cosa, Vidria, de lo que nos morimos todos, de lo que sea.


V.
Imatge: Martín Burgos.


viernes, 9 de marzo de 2012

Nightmare II (dream part 2)




Te dejaste.
Te comí.
Después, mientras salía el sol y te vestías, llegó alguien a tu casa. Una mujer a la que vos llamabas tu mujer (y no era yo, era ella).
—¡El baño está roto! –gritó.
Inmutable, frente a las sábanas revueltas y a la evidencia de mi saciedad y tu traición, sonreía con una fregona en la mano.

Para limpiar.

Para limpiarse.

Para limpiarnos.

No supe marcar en mi cabeza la opción correcta. 
Soy disléxica.


Nos asomamos los tres al borde del inodoro como quien se asoma a un barranco del Talampaya.
Compresas con sangre. Tampones. Vómitos. Mierda.
—¿Qué pasó? —te pregunté.
—¿Qué pasó? —le preguntaste.
—¿Qué pasó? —nos preguntó ella a los dos.
Entre la porquería, vi la tapa del diccionario de sinónimos S. Pey. Mi favorito. Y una página arrancada de tu libro. El que me dedicaste.
Metí la mano entre la mierda para rescatar tu letra y tus palabras. Pero no pude.
Nunca puedo.
—Por eso me querés. Porque nunca te salvo —te expliqué.
Y vos, con tu camisa roja puesta, con tu piel caliente, con tu sonrisa nueva, con tus ojos celestes y tu amor por mí, me dijiste:
—Soñabas.


Imagen: Martín Burgos.
Sueño: V.

jueves, 8 de marzo de 2012

Nightmare (dream)



Tenías una camisa a cuadros de color rojo. Y yo tenía ganas de comerte. Vos hablabas de cosas importantes. Entonces yo callaba. Pero igual, tenía ganas de comerte. Era tu casa, no la mía. Y era tu piel, tu voz, tus ojos, tus labios, tu mirada, tus silencios...
Y mi hambre.




Imagen: Martín Burgos
Sueño: V.

martes, 6 de marzo de 2012

Bu!